Buenas por aquí.
Yo creo que hay que hacer un equilibrio entre la potencia de los raiders y el concepto de antagonista: De primeras habría que elevar la vida de algunos personajes (nada de 60 puntos; 100 puntos o 150 para los más débiles lo menos, como Harec, y subir a 300 a los más duros, ya sabemos quién). Con un buen sistema de balance de puntos de vida, los disparos de los francotiradores a la cabeza serían recompensados (hacen sobre los 300 de daño muchas veces y suelen ser mortales). Pero al antagonista, le doblaría los puntos y le daría munición infinita, no por nada, él no puede recuperar munición con minions. El bufo de vida le vendría bien, porque, maldita sea, es 1 vs 4, si centran fuego en él como objetivo, lo desintegran enseguida.
Ahora bien, el antagonista debería contar con algo diferente; favores de la entidad, una selección de poderes que le permitan igualar las cosas. Por ejemplo, ¿qué tal poder invocar a dos soldados de élite cada X tiempo para que aparezcan a su lado y le sirvan como escolta? Otro poder, cuando se tenga que recargar el Aleph porque las vidas estén a 0, provocar que el contador literalmente se pare o se añadan más segundos; otro ejemplo, ser capaz de "cargarse" como hacen los soldados de élite, siendo imparable unos segundos y así evitando ser cogido o noqueado por las balas. Que pueda escoger la ventaja al principio en la selección; o para darle más acoso táctico, que pueda seleccionar una cada vez que la entidad lo reviva, para que tenga más opciones.
Una idea que se ha dicho es la de cambiar el personaje a voluntad cada vez que el antagonista muera: ¿que he escogido a Harec y me matan 5 veces? Quizás sea el momento de cambiar a Hans, a ver qué tal. Que haya variedad, oportunidades, diferencia.
Solo son unos granitos de arena a todo esto.